TMS EN DEPRESION Y ANCIEDAD ACTUALIZADO 2024:

Unidad de Neuromodulación SL. 

ANEN: Asociación de Ayuda a Niños y Adultos con Enfermedades Neurológicas. 

Autor: Dr. Josué Rodolfo Espinosa Medina, Máster en Neuropediatría. 

Tutor: Dr. Guillermo Ysmael Paret Martínez, Neuropediatra, Máster en Neuromodulación. 

Colaboradores: Dr: Zoe Rodolfo Espinosa de la Vega, Consultor Internacional de Neurología de Advant Medical. 

Dr. Víctor Cruz Diaz, Máster en Neuromodulación. 

Neuropsicólogas: 

Laura Trigales Rosello, Máster Neuropsicología Clínica. 

Natalia Gisele Trabadelo: Máster Autismo. 

Técnicos de Neurofisiología para niños TEA: 

Alexander Andrade Márquez. 

Edgar Antón Micola. 

Título: La Depresión y el uso de la Estimulación Magnética Transcraneal en su Tratamiento. 

Resumen. 

Se realizó la revisión de 12 bibliografías recientes sobre la Depresión con el objetivo de brindar información precisa sobre esta entidad y sus nuevos abordajes terapéuticos. 

La estimulación magnética transcraneal (EMT o TMS) es una técnica no invasiva que se utiliza para tratar la depresión, especialmente en casos donde otros tratamientos, como la psicoterapia o los medicamentos, no han sido efectivos. 

Este procedimiento implica el uso de una bobina electromagnética colocada sobre el cuero cabelludo, que envía pulsos magnéticos para estimular las células nerviosas en áreas específicas del cerebro. 

La EMT puede ayudar a mejorar el estado de ánimo y reducir los síntomas de la depresión al modificar la actividad neuronal en la corteza prefrontal dorsolateral, una región del cerebro implicada en el control del ánimo. 

Aunque los resultados pueden variar, muchos estudios han mostrado la efectividad de la EMT en estos pacientes. 

Palabras Claves: Depresión, Fármacos Antidepresivos, Estimulación Magnética Transcraneal.

 Introducción. 

Los registros sobre la depresión se remontan a la antigüedad. Inicialmente conocida como "melancolía", este término proviene del griego antiguo "melas" (negro) y "khole" (bilis), y fue utilizado por Hipócrates para describir un estado de tristeza profunda asociado con un exceso de bilis negra (según la teoría de los humores) (1). 

Durante siglos, la melancolía fue vista a través de diversas lentes culturales y médicas. En la Edad Media, se creía que era causada por desequilibrios en los humores del cuerpo, mientras que, en el Renacimiento, se empezó a considerar más seriamente como una condición médica. 

Fue en el siglo XVIII cuando el término "depresión" comenzó a reemplazar a "melancolía", gracias al británico Sir Richard Blackmore. Con el avance de la psiquiatría en el siglo XIX, la depresión empezó a ser entendida como una enfermedad mental que requería tratamiento médico. 

En el siglo XX, con el desarrollo de la farmacología y la psicoterapia, se abrieron nuevas vías para su tratamiento (1). 

Hoy en día, la depresión es reconocida como un trastorno del estado de ánimo que puede afectar gravemente la calidad de vida de las personas, y se trata con una combinación de medicamentos, terapia y, en algunos casos, técnicas como la estimulación magnética transcraneal. 

La comunidad científica ha avanzado considerablemente en la comprensión y tratamiento de la depresión. 

Los científicos están trabajando en métodos para detectar la depresión de manera temprana y desarrollar tratamientos individualizados. Esto incluye el uso de biomarcadores y tecnologías avanzadas para identificar a las personas en riesgo antes de que los síntomas se vuelvan severos (2). 

La depresión a menudo se presenta junto con otros trastornos, como la ansiedad y el abuso de sustancias. Los estudios han demostrado que estas comorbilidades pueden complicar el tratamiento y aumentar el riesgo de recaídas. Además de los tratamientos tradicionales como los antidepresivos y la psicoterapia, se están explorando nuevas terapias. 

La estimulación magnética transcraneal (EMT) y la terapia de estimulación del nervio vago (VNS) son ejemplos de técnicas innovadoras que han mostrado eficacia en casos de depresión resistente. 

La pandemia de COVID-19 ha exacerbado los problemas de salud mental a nivel global, aumentando la prevalencia de la depresión. 

Esto ha llevado a un enfoque renovado en la importancia de la salud mental y la necesidad de recursos adecuados para su tratamiento. La percepción de la depresión ha mejorado con el tiempo, y hay un mayor reconocimiento de que es una enfermedad tratable. Sin embargo, aún existen desafíos en términos de estigmatización y acceso a tratamientos adecuados (2). 

Se realizó la búsqueda de 12 artículos sobre esta enfermedad, los cuales fueron resumidos y analizados obteniéndose resultados alentadores respecto a la capacidad de los nuevos tratamientos disponibles para este tipo de pacientes. 

Objetivo. 

Investigar y mostrar información actualizada sobre los resultados de las principales investigaciones que hablan sobre el uso de la Estimulación Magnética Transcraneal en el tratamiento de la depresión.

 Desarrollo.

 La depresión es un trastorno del estado de ánimo que se caracteriza por una tristeza persistente y una pérdida de interés o placer en las actividades diarias. 

Este trastorno puede afectar significativamente la vida diaria, incluyendo la capacidad para trabajar, dormir, estudiar, comer y disfrutar de la vida. 

La depresión no es simplemente un estado de tristeza pasajero, sino una condición médica seria que puede tener múltiples causas, incluyendo factores genéticos, biológicos, ambientales y psicológicos. 

 El síndrome depresivo es un término más amplio que abarca una variedad de síntomas y trastornos relacionados con la depresión episodios de depresión severa que interfieren con la capacidad de funcionar en la vida diaria, una forma crónica de depresión menos severa pero más prolongada, episodios de depresión que alternan con episodios de manía y depresión que ocurre en ciertas épocas del año, generalmente en invierno.

 La depresión es una enfermedad compleja y multifacética que requiere un enfoque integral para su tratamiento, que puede incluir medicamentos, terapia y cambios en el estilo de vida (2). 

La depresión es una condición compleja con múltiples etiologías que pueden variar de una persona a otra. Los principales factores que contribuyen a su desarrollo son: 

-Factores Genéticos: 

• Herencia: La depresión puede ser más común en personas con antecedentes familiares de la enfermedad, sugiriendo una predisposición genética. 

-Factores Biológicos: 

• Neurotransmisores: Desequilibrios en neurotransmisores como la serotonina, la dopamina y la norepinefrina están asociados con la depresión. 

• Hormonas: Cambios hormonales, como los que ocurren durante el embarazo, el posparto, la menopausia o problemas de tiroides, pueden desencadenar la depresión. 

• Sistema Inmunológico: Alteraciones en las citoquinas y otros componentes del sistema inmunológico también pueden influir en el desarrollo de la depresión (2). 

-Factores Psicológicos: 

• Trauma y Estrés: Experiencias traumáticas, estrés crónico y eventos vitales significativos (como la pérdida de un ser querido) pueden desencadenar episodios depresivos. 

• Personalidad: Personas con baja autoestima, pesimismo o que son fácilmente abrumadas por el estrés pueden ser más propensas a la depresión. 

-Factores Ambientales: 

• Entorno Social: La falta de apoyo social, el aislamiento y las relaciones conflictivas pueden contribuir a la depresión. 

• Condiciones de Vida: Factores como la pobreza, el desempleo y la exposición a la violencia también pueden aumentar el riesgo de depresión. 

-Factores Biopsicosociales: 

• Interacción de Factores: La depresión a menudo resulta de una combinación de factores genéticos, biológicos, psicológicos y ambientales, lo que hace que su etiología sea multifacética y compleja. 

A nivel mundial, se estima que aproximadamente el 5% de los adultos padecen depresión. Esto equivale a alrededor de 280 millones de personas. 

La depresión es más común en mujeres que en hombres y puede llevar al suicidio si no se trata adecuadamente. 

En Europa, la prevalencia de la depresión es del 6,4% de la población. Este porcentaje varía entre países, siendo más alta en naciones como Islandia (10,3%) y más baja en países como la República Checa (2,6%). En España, la prevalencia de la depresión es del 4,1% de la población. 

La Encuesta Nacional de Salud de España indica que la depresión es casi tres veces más frecuente en mujeres (7,1%) que en hombres (3,5%). 

Aunque no hay datos específicos disponibles solo para Barcelona, la prevalencia de la depresión en Cataluña sigue las tendencias nacionales. En general, los trastornos depresivos en la región pueden alcanzar una prevalencia de entre el 5% y el 10%. 

La fisiopatología de la depresión es compleja y multifactorial, involucrando una combinación de factores genéticos, biológicos, psicológicos y ambientales (3). 

-Alteraciones Estructurales y Funcionales: 

1-Estructuras Cerebrales: 

• Amígdala: Se ha observado una hiperactividad en la amígdala, que está relacionada con la regulación de las emociones. 

• Hipocampo: Estudios han mostrado una reducción en el volumen del hipocampo en personas con depresión, lo que puede afectar la memoria y el aprendizaje. 

• Corteza Prefrontal: Disminución de la actividad en la corteza prefrontal dorsolateral, implicada en la toma de decisiones y el control emocional. 

2-Neurotransmisores: 

• Serotonina, Dopamina y Noradrenalina: Desequilibrios en estos neurotransmisores están fuertemente asociados con la depresión. Los antidepresivos suelen actuar sobre estos sistemas para aliviar los síntomas. 

3-Inflamación y Neurogénesis: 

• Inflamación: Se ha encontrado que la inflamación crónica puede contribuir a la depresión. Niveles elevados de citoquinas proinflamatorias se han asociado con síntomas depresivos. 

• Neurogénesis: La disminución de la neurogénesis en el hipocampo también se ha relacionado con la depresión. Factores como el estrés crónico pueden inhibir la formación de nuevas neuronas. 

-Factores Genéticos y Epigenéticos: 

• Herencia: La predisposición genética juega un papel importante. Las personas con antecedentes familiares de depresión tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad. 

• Epigenética: Factores ambientales pueden modificar la expresión genética sin alterar la secuencia del ADN, afectando la susceptibilidad a la depresión. 

-Eje Hipotálamo-Hipófisis-Adrenal (HHA): 

• Disfunción del Eje HHA: La depresión a menudo se asocia con una hiperactividad del eje HHA, lo que lleva a niveles elevados de cortisol, la hormona del estrés. Esto puede afectar negativamente varias funciones cerebrales y contribuir a los síntomas depresivos (3). 

-Teorías Psicológicas: 

• Teoría Cognitiva: Propone que los patrones de pensamiento negativos y distorsionados pueden contribuir a la depresión. 

• Teoría del Aprendizaje: Sugiere que la depresión puede desarrollarse a partir de experiencias de impotencia aprendida, donde la persona siente que no tiene control sobre los eventos negativos en su vida. 

La depresión se clasifica en varios tipos según sus síntomas, duración y causas. 

 1. Depresión Mayor: es el tipo más grave de depresión, caracterizado por síntomas intensos que afectan la capacidad de una persona para trabajar, dormir, estudiar, comer y disfrutar de la vida. Los episodios pueden durar semanas o meses (3). 

2. Distimia (Trastorno Depresivo Persistente): es una forma crónica de depresión menos severa pero más prolongada. Los síntomas pueden durar al menos dos años, y aunque no son tan intensos como los de la depresión mayor, pueden interferir significativamente con la vida diaria. 

3. Trastorno Bipolar: incluye episodios de depresión que alternan con episodios de manía o hipomanía. Durante los episodios depresivos, los síntomas son similares a los de la depresión mayor. 

4. Trastorno Depresivo Estacional (SAD): ocurre en ciertas épocas del año, generalmente en invierno, cuando hay menos luz solar. Los síntomas incluyen tristeza, fatiga y cambios en el apetito y el sueño (3). 

5. Depresión Psicótica: es una forma severa de depresión mayor que incluye síntomas psicóticos, como alucinaciones o delirios. Estos síntomas suelen estar relacionados con temas depresivos, como la culpa o la inutilidad. 

6. Depresión Posparto: afecta a algunas mujeres después de dar a luz. Los síntomas incluyen tristeza extrema, ansiedad y agotamiento, lo que puede dificultar el cuidado del bebé y de sí mismas. 

7. Depresión Situacional: es una forma de depresión que ocurre en respuesta a un evento estresante o traumático, como la pérdida de un ser querido, el divorcio o la pérdida de empleo. 

8. Depresión Atípica: se caracteriza por síntomas específicos, como una mejora temporal del estado de ánimo en respuesta a eventos positivos, aumento del apetito, aumento de peso, y una sensibilidad extrema al rechazo (4). 

Cada tipo de depresión puede requerir un enfoque de tratamiento diferente, por lo que es importante obtener un diagnóstico preciso de un profesional de la salud mental. 

El cuadro clínico de la depresión incluye una variedad de síntomas que afectan tanto el estado emocional como el físico de la persona (4). 

-Síntomas Emocionales: 

• Tristeza persistente: Sentimientos de tristeza, vacío o desesperanza que duran la mayor parte del día. 

• Pérdida de interés: Falta de interés o placer en actividades que antes se disfrutaban, incluyendo hobbies y relaciones sexuales. 

• Irritabilidad: Arrebatos de enojo, irritabilidad o frustración, incluso por asuntos de poca importancia. 

• Sentimientos de inutilidad o culpa: Fijación en fracasos del pasado o autorreproches excesivos. 

-Síntomas Cognitivos: 

• Dificultad para concentrarse: Problemas para pensar, concentrarse, tomar decisiones y recordar cosas. 

• Pensamientos suicidas: Pensamientos frecuentes o recurrentes sobre la muerte, pensamientos suicidas, intentos suicidas o suicidio (4). 

Síntomas Físicos: 

• Alteraciones del sueño: Insomnio o dormir demasiado. 

• Fatiga: Cansancio y falta de energía, por lo que incluso las tareas pequeñas requieren un esfuerzo mayor. 

• Cambios en el apetito: Falta de apetito y adelgazamiento, o más antojos de comida y aumento de peso. 

• Dolores físicos: Problemas físicos inexplicables, como dolor de espalda o de cabeza. -Síntomas en Niños y Adolescentes: 

• Niños: Tristeza, irritabilidad, apego, preocupación, dolores, negarse a ir a la escuela o bajo peso. 

• Adolescentes: Tristeza, irritabilidad, sentirse negativo e inútil, bajo rendimiento escolar, consumo de drogas o alcohol, autolesiones, y evitar la interacción social (4). 

La depresión puede variar en severidad y duración, y es importante buscar ayuda profesional si se experimentan estos síntomas. 

Para diagnosticar la depresión se utilizan una combinación de evaluaciones clínicas y exámenes complementarios. 

 -Evaluaciones Clínicas: 

• Evaluación Psiquiátrica: El médico o terapeuta realiza una entrevista detallada para evaluar los síntomas, antecedentes médicos y familiares, y el estado mental del paciente. 

• Criterios del DSM-5: Se utilizan los criterios del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) para confirmar el diagnóstico. 

-Exámenes Físicos y de Laboratorio: 

• Exploración Física: Se realiza para descartar otras condiciones médicas que puedan estar causando los síntomas. 

• Análisis de Sangre: Incluye un hemograma completo y pruebas de función tiroidea para descartar problemas como el hipotiroidismo. 

• Perfil Metabólico: Para evaluar el estado general de salud y descartar otras enfermedades (4). 

-Pruebas Psicológicas: 

• Inventario de Depresión de Beck (BDI): Un cuestionario de 21 ítems que evalúa la severidad de la depresión. 

• Escala de Hamilton para la Depresión (HRSD): Una escala clínica utilizada para evaluar la gravedad de los síntomas depresivos. 

• Montgomery-Asberg Depression Rating Scale (MADRS): Otra escala utilizada para medir la severidad de la depresión. La depresión también puede tener una serie de complicaciones que afectan tanto la salud física como mental de una persona. 

-Complicaciones Físicas: 

• Sobrepeso u obesidad: La depresión puede llevar a cambios en el apetito y en los hábitos alimenticios, lo que puede resultar en un aumento de peso y, a su vez, aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas y diabetes. 

• Dolor crónico: Las personas con depresión a menudo experimentan dolores físicos inexplicables, como dolores de cabeza y dolores musculares. 

• Problemas cardiovasculares: La depresión está asociada con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares (5). 

-Complicaciones Psicológicas y Sociales: 

• Abuso de sustancias: La depresión puede llevar al consumo excesivo de alcohol o drogas como una forma de auto-medicación. 

• Ansiedad y trastornos de pánico: Es común que la depresión coexista con otros trastornos de ansiedad, lo que puede complicar aún más el tratamiento. 

• Aislamiento social: Las personas con depresión pueden retirarse de sus relaciones sociales y familiares, lo que puede llevar a un mayor aislamiento y soledad. 

• Problemas laborales y académicos: La falta de concentración, la fatiga y la pérdida de interés pueden afectar el rendimiento en el trabajo o en la escuela. 

-Complicaciones Graves: 

• Suicidio: La complicación más grave de la depresión es el riesgo de suicidio. Es crucial buscar ayuda profesional si una persona tiene pensamientos suicidas (5). 

El tratamiento de la depresión es multifacético y puede incluir una combinación de medicamentos, psicoterapia y cambios en el estilo de vida. Aquí te presento un resumen ampliado de las opciones de tratamiento: 

-Cambios en el Estilo de Vida: 

• Ejercicio Regular: Puede ayudar a mejorar el estado de ánimo y reducir los síntomas de la depresión. 

• Dieta Saludable: Una alimentación equilibrada puede influir positivamente en el estado de ánimo. 

• Sueño Adecuado: Mantener una rutina de sueño regular es crucial para la salud mental. 

• Red de Apoyo Social: Mantener relaciones sociales saludables puede proporcionar apoyo emocional y reducir el aislamiento. 

• El tratamiento de la depresión debe ser personalizado y supervisado por un profesional de la salud mental para asegurar su efectividad y seguridad (6). 

-Tratamiento Farmacológico: 

• Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina (ISRS): Son los antidepresivos más comúnmente recetados y funcionan aumentando los niveles de serotonina en el cerebro. Ejemplos incluyen fluoxetina, sertralina y escitalopram. 

• Inhibidores de la Recaptación de Serotonina y Noradrenalina (IRSN): Estos medicamentos, como la venlafaxina y la duloxetina, aumentan los niveles de serotonina y noradrenalina. 

• Antidepresivos Tricíclicos (ADT): Son efectivos pero tienen más efectos secundarios. Ejemplos incluyen amitriptilina y nortriptilina. 

• Inhibidores de la Monoaminooxidasa (IMAO): Utilizados menos frecuentemente debido a sus interacciones con alimentos y otros medicamentos. Ejemplos incluyen fenelzina y tranilcipromina. 

• Otros Antidepresivos: Incluyen bupropión, que afecta la dopamina y la noradrenalina, y mirtazapina, que tiene efectos sedantes. 

• Ketamina y Esketamina: Utilizadas para la depresión resistente al tratamiento. La esketamina se administra en forma de aerosol nasal. 

-Psicoterapia: 

• Terapia Cognitivo-Conductual (TCC): Ayuda a identificar y cambiar patrones de pensamiento negativos y comportamientos asociados. 

• Terapia Interpersonal (TIP): Se centra en mejorar las relaciones personales y resolver problemas interpersonales que pueden contribuir a la depresión. 

• Terapia de Resolución de Problemas: Ayuda a desarrollar habilidades para manejar situaciones estresantes de manera más efectiva. 

• Activación Conductual: Se enfoca en aumentar la participación en actividades positivas y reducir los comportamientos que mantienen la depresión. 

-Tratamientos Alternativos y Complementarios: 

• Terapia Electroconvulsiva (TEC): Utilizada para casos severos de depresión que no responden a otros tratamientos. 

• Estimulación del Nervio Vago (ENV): Implica la implantación de un dispositivo que estimula el nervio vago. 

• Estimulación Magnética Transcraneal (EMT o TMS): Utiliza campos magnéticos para estimular las células nerviosas en el cerebro (6). 

La estimulación magnética transcraneal repetitiva (EMTr) prefrontal izquierda diaria se ha estudiado como un tratamiento potencial para la depresión. Se examinaron aproximadamente 860 pacientes ambulatorios, lo que dio como resultado 199 pacientes sin antidepresivos con trastorno depresivo mayor unipolar no psicótico. Administramos rTMS a la corteza prefrontal izquierda al 120% del umbral motor (10 Hz, duración del tren de 4 segundos e intervalo entre trenes de 26 segundos) durante 37,5 minutos (3000 pulsos por sesión) utilizando una bobina de núcleo sólido en forma de ocho (7). 

Los pacientes, los tratantes y los evaluadores fueron enmascarados de manera efectiva. Los efectos adversos mínimos no difirieron según el grupo de tratamiento, con una tasa de retención del 88% (90% simulada y 86% activa). 

El análisis primario de eficacia reveló un efecto significativo del tratamiento en la proporción de remitentes (14,1% de EMTr activa y 5,1% simulada) (P = 0,02). Las probabilidades de lograr la remisión fueron 4,2 veces mayores con la EMTr activa que con la simulada (intervalo de confianza del 95%, 1,32-13,24). 

La EMTr prefrontal izquierda diaria en monoterapia produjo efectos terapéuticos antidepresivos estadísticamente significativos y clínicamente significativos mayores que los simulados (7). 

En un estudio encaminado a mostrar si la estimulación magnética transcraneal (EMT) sobre la corteza prefrontal dorsolateral izquierda (DLPFC) es efectiva y segura en el tratamiento agudo de la depresión mayor se evaluaron a 301 pacientes con depresión mayor sin medicación que no se habían beneficiado de un tratamiento previo, fueron asignados al azar a condiciones activas (n = 155) o simuladas de TMS (n = 146). 

Las sesiones se realizaron cinco veces por semana con EMT a 10 pulsos/seg, 120% del umbral motor, 3000 pulsos/sesión, durante 4-6 semanas. 

El resultado primario fue el cambio en la puntuación de los síntomas, evaluado en la semana 4 con la Escala de Calificación de la Depresión de Montgomery-Asberg (MADRS). Los resultados secundarios incluyeron cambios en la Escala de Calificación de la Depresión de Hamilton (HAMD) de 17 y 24 ítems y las tasas de respuesta y remisión con el MADRS y el HAMD. La EMT activa fue significativamente superior a la EMT simulada en el MADRS en la semana 4 (con una corrección post hoc para la desigualdad en la gravedad de los síntomas entre los grupos al inicio del estudio), así como en las escalas HAMD17 y HAMD24 en las semanas 4 y 6. 

Las tasas de respuesta fueron significativamente más altas con la EMT activa en las tres escalas en las semanas 4 y 6. Las tasas de remisión fueron aproximadamente dos veces más altas con TMS activa en la semana 6 y significativas en las escalas MADRS y HAMD24 (pero no en la escala HAMD17) (8). La EMT activa fue bien tolerada, con una baja tasa de abandono por eventos adversos (4,5%) que fueron generalmente leves y limitados a molestias o dolor transitorio del cuero cabelludo. 

La estimulación magnética transcraneal fue efectiva en el tratamiento de la depresión mayor, con efectos secundarios mínimos. 

Ofrece a los clínicos una alternativa novedosa para el tratamiento de este trastorno (9). Otros estudios concluyeron que la EMTr bilateral es un tratamiento prometedor para la EMTr, ya que proporciona beneficios clínicamente significativos que son comparables con los de los antidepresivos estándar y la EMTr unilateral.

Además, la EMTr bilateral es un tratamiento aceptable para los sujetos deprimidos. En los resultados de una revisión exhaustiva se incluyeron ochenta y un estudios (4233 pacientes, 59,1% mujeres, edad media de 46 años) en este se encontraron pocas diferencias en la eficacia clínica y la aceptabilidad entre las diferentes modalidades de EMTr, favoreciendo hasta cierto punto la EMTr bilateral y el cebado de la EMTr de baja frecuencia (10). Al evaluar la eficacia de la estimulación magnética transcraneal repetitiva (EMTr) en pacientes con trastorno depresivo mayor (TDM) y 2 o más fracasos previos del tratamiento con antidepresivos (a menudo denominada depresión resistente al tratamiento [TRD]), se demostró que esta fue beneficiosa en comparación con la simulada en todos los resultados. 

La EMTr produjo una mayor disminución de la gravedad depresiva (evidencia de alta solidez), con un promedio de una disminución clínicamente significativa en la Escala de Calificación de la Depresión de Hamilton (HDRS) de más de 4 puntos en comparación con la simulación (disminución media = -4,53; IC del 95%, -6,11 a -2,96) (10). 

 La EMTr dio lugar a mayores tasas de respuesta (evidencia de alta solidez); los que recibieron EMTr tuvieron más de 3 veces más probabilidades de responder que los pacientes que recibieron EMTr simulada (riesgo relativo = 3,38; IC 95%, 2,24 a 5,10). 

Por último, la EMTr tuvo más probabilidades de producir remisión (solidez moderada de la evidencia); los pacientes que recibieron EMTr tuvieron más de 5 veces más probabilidades de lograr la remisión que los que recibieron EMTr simulada (riesgo relativo = 5,07; IC 95 %, 2,50 a 10,30). 

Para los pacientes con TDM con 2 o más fracasos en el tratamiento antidepresivo, la EMTr es una consideración razonable y eficaz.

 En otra investigación los autores llevaron a cabo un ensayo doble ciego, aleatorizado y controlado simulado de 6 semanas en 50 pacientes con depresión resistente al tratamiento. 

Se aplicaron diariamente tres trenes de EMTr de baja frecuencia a la corteza prefrontal derecha de 140 segundos de duración a 1 Hz, seguidos inmediatamente por 15 trenes de 5 segundos de duración de EMTr del lado izquierdo de alta frecuencia a 10 Hz (11). 

 Se aplicó una estimulación simulada con el espiral en un ángulo de 45 grados con respecto al cuero cabelludo, descansando en el lado de un ala del espiral. La variable de resultado primaria fue la puntuación de la Escala de Valoración de la Depresión de Montgomery-Asberg. Hubo una respuesta significativamente mayor a la estimulación activa que a la simulada a las 2 semanas y durante toda la duración del estudio. 

La aplicación secuencial de EMTr del lado izquierdo de alta frecuencia y EMTr de baja frecuencia en la corteza prefrontal derecha tiene una eficacia sustancial en el tratamiento en pacientes con depresión mayor resistente al tratamiento. 

La respuesta al tratamiento se acumula a un nivel clínicamente significativo durante 4 a 6 semanas de tratamiento activo. Cuarenta y dos centros de práctica clínica de EMT con sede en EE. UU. trataron a 307 pacientes ambulatorios con trastorno depresivo mayor (TDM) y síntomas persistentes a pesar de la farmacoterapia antidepresiva. 

El tratamiento se basó en los procedimientos indicados en la etiqueta del dispositivo TMS aprobado (11). Las evaluaciones se realizaron al inicio, en la semana 2, en el punto de máximo beneficio agudo, y en la semana 6, cuando el curso agudo se extendió más allá de las 6 semanas. 

Los resultados demostraron tasas de respuesta y adherencia similares a las de las poblaciones investigadas. 

Estos datos indican que la EMT es un tratamiento eficaz para aquellos que no pueden beneficiarse de la medicación antidepresiva inicial. 

Existe un creciente interés en todo el mundo en la EMTr como tratamiento clínico para la depresión. Cuando se administra dentro de las pautas recomendadas, el perfil de seguridad general de la EMTr es bueno y apoya su desarrollo posterior como tratamiento clínico (12). 

Durante más de una década, la estimulación magnética transcraneal repetitiva de alta frecuencia (EMTr) se ha aplicado a la corteza prefrontal dorsolateral izquierda (DLPFC) en busca de un tratamiento alternativo para la depresión. 

Se realizó un metanálisis de efectos aleatorios para investigar la eficacia clínica de la EMTr de frecuencia rápida sobre la DLPFC izquierda en la depresión. La prueba de heterogeneidad no fue significativa (QT=30,46, p=0,39). Se observó un tamaño del efecto medio ponderado global significativo, d = 0,39 [intervalo de confianza (IC) del 95%: 0,25-0,54], para el tratamiento activo (z = 6,52, p<0,0001). La resistencia a la medicación y la intensidad de la EMTr no influyeron en el tamaño del efecto. 

Estos hallazgos muestran que la EMTr de alta frecuencia sobre la DLPFC izquierda es superior a la simulación en el tratamiento de la depresión. El tamaño del efecto es robusto y comparable al menos a un subconjunto de fármacos antidepresivos disponibles comercialmente (12). 

Conclusiones. A través de la realización de esta revisión hemos podido ambliar nuestra visión respecto a la depresión y sus horizontes terapéuticos actuales como la Estimulación Magnética Transcraneal. 

Esta técnica ha demostrado ser efectiva, especialmente en pacientes que no responden bien a otros tratamientos como los antidepresivos y la psicoterapia. 

La importancia del tratamiento con TMS radica en su capacidad para activar regiones del cerebro que tienen una actividad disminuida durante la depresión. Esto puede llevar a una mejora significativa en los síntomas depresivos y, en algunos casos, a una remisión completa. 

Además, el TMS repetitivo (rTMS) se está explorando como una terapia de mantenimiento para reducir el riesgo de recaída en pacientes con depresión crónica. 

La constante investigación en este campo es crucial porque nos ayuda a entender mejor cómo funciona esta enfermedad y cómo puede abordarse de manera más efectiva con los tratamientos existentes. 

También abre la puerta a nuevas aplicaciones y mejoras en la técnica, lo que podría beneficiar a un mayor número de pacientes en el futuro.

Referencias Bibliográficas. 

1. Luna Luna CC, Reyes Mantilla JC, Gómez Forero DJ. Guía interactiva de citación y referenciación en estilo Vancouver. Universidad del Rosario; 2022. Disponible en: https://repository.urosario.edu.co/server/api/core/bitstreams/5e090760-3cec423b-a8fd-80c60851992f/content 

2. Cuesta Mosquera EL, Picón Rodríguez JP, Pineida Parra PM. Tendencias actuales sobre la depresión, factores de riesgo y abuso de sustancias. Journal of American Health. 2022;5(1). Disponible en: https://jahjournal.com/index.php/jah/article/view/114 

3. George MS, Lisanby SH, Avery D, et al. Daily left prefrontal transcranial magnetic stimulation therapy for major depressive disorder: a shamcontrolled randomized trial. Arch Gen Psychiatry. 2010;67(5):507-516. doi:10.1001/archgenpsychiatry.2010.46. 

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